Qué es en realidad esa misteriosa sustancia
La detención, la semana pasada, de un hombre que supuestamente drogaba a sus víctimas con escopolamina hace resurgir a una droga que aparece en más titulares que análisis
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Si no es burundanga, ¿qué es?
«En el 2008 hubo una oleada de intoxicaciones en Noruega, por ejemplo, pero son ejemplos muy marginales en los que podemos encontrar escopolamina en drogas recreativas adulteradas», explica a Teknautas Nuria Calzada, coordinadora estatal de Energy Control (ABD), una organización que se dedica a realizar análisis de sustancias en discotecas, conciertos o festivales y que jamás ha hallado escopolamina entre ellas. Para Calzada, el eterno retorno de la burundanga responde a un fenómeno que ella llama «pánicos mediático-morales, hay un ‘boom’ en los medios sobre un tema que a menudo contiene testimonios exagerados, incluso de la propia policía, que a veces habla sin tener datos toxicológicos que los sustenten».Hay un ‘boom’ en los medios sobre un tema que a menudo contiene testimonios exagerados, incluso desde la propia policíaEspaña no es el único sitio donde este tipo de leyendas brotan, en ocasiones por excesiva premura de las autoridades. En Reino Unido, la policía culpó a la mefedrona —una sustancia utilizada para prolongar el sexo— en 2010 sin tener pruebas fehacientes, o los múltiples rebrotes de la llamada ‘droga caníbal’, metilendioxipirovalerona o MDPV, en Estados Unidos. «Semanas después se supo que la persona no había consumido MDPV, sino cannabis y que padecía un trastorno mental», explica Calzada.
No hay sumisión, hay vulnerabilidad
En el caso de la burundanga, tanto los análisis de Energy Control (quienes forman parte del Sistema Español de Alerta Temprana del Plan Nacional sobre Drogas) como los informes toxicológicos del Hospital Clinic de Barcelona indican que la mayor parte de sumisiones químicas con objeto de agresión sexual se realizan con una droga legal y mucho más común: el alcohol, reforzado en muchas ocasiones con el efecto de las benzodiazepinas. Según la memoria anual del Instituto de Toxicología, «la sumisión química supuso el 0,02% de las intoxicaciones registradas» en España durante el año 2016.![](http://www.enplenasfacultades.org/wp-content/uploads/estramonio.jpg)
«Más culpa vuestra que nuestra»
En Colombia, donde sí existen datos que sustentan el uso de la burundanga, es también al contrario de lo que pensamos. «Son las mujeres, conocidas como burundangueras, las que la utilizan para robar a hombres, no hombres para violar a mujeres», apunta Calzada. De hecho, incluso con el reciente caso del mal llamado ‘rey de la burundanga’, ninguno de los delitos por los que se le acusa incluye el asalto sexual. Como recogía nuestro compañero en su crónica, se le acusa de robo con fuerza, robo con violencia, estafa y hurto. «En este caso ha sido más culpa vuestra, de los medios, que nuestra«, indica a Teknautas una fuente de la Dirección General de Policía, contactada días después de la detención del hombre acusado de emplear burundanga. «La investigación vino de una petición judicial y no se encontró nada en ese sentido, si lo hemos trincado es por otra cosa: no sabemos de dónde ha salido esto, lo que se atribuyen son robos, no es porque fuera el rey de la burundanga«.Si se detuvo a ese hombre fue por robo, no porque fuera el rey de la burundanga
Al final impera el principio de Ockham, la explicación más simple es la más probable. La escopolamina es imprevisible, difícil de dosificar, lo mismo no genera el efecto deseado o puede tener secuelas terribles como la muerte de la víctima, mientras que las benzodiacepinas son más seguras y con efectos predecibles. Además, pueden conseguirse muy fácilmente. Desde una lógica criminal, la burundanga no interesa para cometer delitos.
Publicado por Antonio Villarreal, el 14 de marzo de 2018 para www.elconfidencial.com