Tras haber entrado a los pulmones, la nicotina alcanza el torrente sanguíneo y llega al cerebro. Sus efectos duran entre 5 y 10 minutos provocando una fase de estimulación del sistema nervioso central.
- Efectos físicos: Aumenta la frecuencia cardiaca, el ritmo respiratorio y la presión arterial. Además, la combustión del cigarro provoca que haya una disminución de la capacidad pulmonar, fatiga prematura, merma de los sentidos del gusto y el olfato, provoca envejecimiento prematuro de la piel, mal aliento, color amarillento de dedos y dientes, tos y espectoraciones, sobre todo matutinas.
- Efectos psicológicos: dentro de los efectos buscados con el consumo de tabaco, encontramos que este aumenta los niveles de concentración y por ello mejora los procesos de memorización, e intensifica la actitud de vigilancia. Además, disminuye de la ansiedad, estrés y apetito.
Cabe destacar que el efecto “relajante” del consumo del tabaco no es propio de la nicotina, pues esta sustancia es una estimulante. Lo que ocurre es que, al consumir tabaco, deviene esta sensación de relajación pues se está calmando el síndrome de abstinencia a la nicotina.
Existen multiples riesgos de salud por fumar y usar tabaco. Entre los más graves, encontramos:
- Problemas cardiovasculares: debilitamiento de las paredes de los vasos sanguíneos, coágulos sanguíneos, angina coronaria y ataque cardíaco, hipertensión arterial temporal después de fumar, riego sanguíneo deficiente a las piernas, problemas con las erecciones debido a la disminución del flujo sanguíneo al pene.
- Otros problemas o riesgos para la salud: cáncer (más probable en el pulmón, la boca, la laringe, la nariz y los senos paranasales, la garganta, el esófago, el estómago, la vejiga, el riñón, el páncreas, el cuello uterino, el colon y el recto), cicatrización deficiente de una herida después de una cirugía, problemas pulmonares como EPOC, o asma difícil de controlar, problemas durante el embarazo, como bebés nacidos con bajo peso, parto prematuro, aborto espontáneo y labio leporino, daño a los espermatozoides, lo cual causa esterilidad, pérdida de la vista debido a un aumento del riesgo de degeneración macular.
- Los fumadores que se cambian a los cigarrillos electrónicos o vappers, en lugar de abandonarlo aún tienen riesgos de salud: aumento del riesgo de cáncer bucal, lengua, esófago y páncreas, problemas de las encías, desgaste de los dientes y caries, empeoramiento de la hipertensión arterial y la angina.
Además de los riesgos que conlleva consumir tabaco, existen riesgos para la salud del tabaquismo pasivo, es decir, para aquellos que a menudo están cerca del humo de otros tienen un riesgo más alto de ataques cardíacos y enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón, reacciones súbitas y graves, incluso en los ojos, la nariz, la garganta y las vías respiratorias bajas.
Los bebés y los niños que a menudo están expuestos al humo indirecto del cigarrillo están en riesgo de ataques de asma (los niños con asma que viven con un fumador son mucho más propensos a visitar el servicio de urgencias), infecciones de la boca, garganta, senos paranasales, oídos y pulmones, daño pulmonar (funcionamiento pulmonar deficiente), síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
- Riesgos relacionados con la tolerancia y la dependencia
La nicotina provoca una dependencia bastante severa, sobre todo a nivel psicológico. De acuerdo a la OMS, la nicotina es una de las sustancias con más poder adictivo.
El síndrome de abstinencia aparece al poco de dejar de fumar y puede durar de 7 a 10 días. Sus manifestaciones son: irritabilidad, inquietud, dolores de cabeza, disminución de la frecuencia cardiaca, aumento del apetito, insomnio y dificultades de concentración.
Las principales manifestaciones clínicas del síndrome de abstinencia son: ansiedad, disforia, dificultad de concentración, irritabilidad, impaciencia, insomnio e inquietud, que suele durar entre 8 a 12 semanas y es muy intenso el primer mes. Altamente probable que aparezca el craving o el deseo irrefrenable de volver a consumir cigarrillos después de 8 a 12 h sin fumar, siendo una de las más frecuentes causas de recaída.
La tolerancia en el caso del consumo de tabaco, se entiende de la siguiente forma: cada vez que un fumador vuelve a fumar, el cuerpo se encuentra con más receptores ávidos de nicotina (upregulation), provocando que la persona fumadora necesite fumar cada vez más para sentirse bien.