- El VIH alcanza a un porcentaje significativo de nuevos diagnosticados entre los y las jóvenes de 20 años y las personas mayores de 50 en España. Son perfiles que conforman una nueva realidad de mayor complejidad y que lleva a los y las expertas a preguntarse qué se puede cambiar.
“Algo estamos haciendo mal” en la prevención del VIH cuando existe un número “no despreciable” de nuevos diagnósticos entre jóvenes, y cuando desde hace años no conseguimos reducir la cifra global (3.500) de nuevas personas infectadas, apunta a EFEsalud Vicente Estrada, jefe de la Unidad de enfermedades infecciosas del Hospital Clínico San Carlos.

Y destaca otro dato: en 2015, el 14,4% de los nuevos diagnosticos tenían más de 50 años, frente al 7,7% en 2014.El informe también subraya las diferencias que hay según la edad y el momento en el que los diagnosticados se infectaron con VIH: Una primera generación que adquirió la enfermedad hace muchos años cuando no había tratamientos eficaces y que han vivido muchas complicaciones médicas. Una segunda que fueron diagnosticados cuando los tratamientos empezaron a ser más eficaces y que se enfrentan a problemas adversos derivados de las altas toxicidades. Y una tercera generación diagnosticada con tratamientos mejores y con toxicidades reducidas, lo que incrementó su eficacia y su esperanza de vida en unos diez años.
VIH:ONUSIDA
En 2014, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH (ONUSIDA) estableció los objetivos 90-90-90. Esta estrategia aboga porque el 90% de todas las personas que viven con la enfermedad conozcan su condición, que el 90% con una infección diagnosticada estén en tratamiento antirretroviral y que el 90% de los que reciben tratamiento antirretroviral tengan supresión viral en 2020. España se encuentra bien situada: el 82% de la población española con VIH ha sido diagnosticada, y el 92% de los/las pacientes españoles con el virus está recibiendo tratamiento para la enfermedad. La supresión viral está muy cerca de alcanzar el objetivo (88%). Pero el documento de The Economist/Gilead concluye que parte de la complejidad de abordar las poblaciones con VIH en España proviene de la dificultad de identificar y manejar poblaciones muy diferentes infectadas con el virus: