GHB / GBL

INTRODUCCIÓN

Se trata de un depresor del sistema nervioso central, inductor del sueño. El GHB fue sintetizado en 1967, se utilizaba como anestésico y facilitador del sueño, hasta que fue retirado del mercado farmacéutico a causa de su escaso poder analgésico y a su elevada capacidad inducir convulsiones epilépticas.

Posteriormente se convirtió en una sustancia de consumo entre personas que practican la alterofilia, por su capacidad de estimular la hormona del crecimiento, hasta su prohibición en 2000.

COMPOSICIÓN Y PRESENTACIÓN

El GHB (ácido gammahidroxibutírico) es una sustancia depresora del sistema nervioso central que se encuentra habitualmente en estado líquido, transparente e incoloro, aunque a veces se le añaden tintes para que resulte más atractivo visualmente. Su sabor es leve y salado, y ocasionalmente se encuentra en polvo, que es su forma original. Por su apariencia y sabor discretos, se ha ganado el sobrenombre de “éxtasis líquido”, aunque este término es incorrecto, ya que el GHB no pertenece a la familia de las drogas estimulantes como el MDMA.

Una característica importante del GHB es que es fácil de adulterar. Al ser incoloro y prácticamente sin sabor ni olor, es posible que lo que se venda como GHB contenga simplemente agua salada o esté mezclado con otras sustancias depresoras, lo que aumenta los riesgos de efectos adversos y sobredosis.

El GBL (gamma-butirolactona) es un precursor químico del GHB, que el cuerpo convierte en GHB tras su ingesta. Aunque produce efectos similares, hay diferencias importantes:

  • Potencia y rapidez: el GBL se metaboliza en el organismo más rápido que el GHB, por lo que sus efectos aparecen antes y suelen ser más intensos.

  • Dosis más difícil de controlar: pequeñas variaciones en la cantidad de GBL pueden generar efectos mucho más fuertes, aumentando el riesgo de sobredosis.

  • Disponibilidad: el GBL se comercializa legalmente como disolvente industrial o limpiador, mientras que el GHB está más regulado por su uso recreativo y médico.

Tanto el GHB como el GBL son sustancias con alto potencial depresor, que pueden provocar somnolencia extrema, pérdida de coordinación, amnesia, dificultad respiratoria e incluso coma. Su consumo debe ser tratado con precaución extrema, y es especialmente peligroso cuando se mezcla con alcohol u otros depresores del sistema nervioso central.

VÍAS DE ADMINISTRACIÓN

Se consume por vía oral directamente o mezclado con líquidos ya que se trata de una sustancia hidrosoluble. Si se mezcla con alcohol se potencian los efectos depresores aumentando el riesgo de padecer un coma.

Es muy difícil calcular con exactitud la dosis del GHB, ya que no se suele conocer su concentración en las ampollas. Es importante tener en cuenta que el margen entre la dosis con la que se conseguirán efectos deseables o efectos muy desagradables y por lo tanto no deseados, es muy pequeño y difícil de calcular. Si se decide consumir esta sustancia es importante ir con cautela y empezar con dosis pequeñas (menos de un tercio de la ampolla o un tapón).

EFECTOS DESEADOS Y RIESGOS

El GHB (ácido gammahidroxibutírico) y su precursor GBL (gamma-butirolactona) son sustancias depresoras del sistema nervioso central con efectos similares a los del alcohol, aunque más potentes y rápidos. Tras la ingestión, los efectos comienzan en unos 5 a 10 minutos, alcanzan su punto máximo entre 20 y 30 minutos y pueden mantenerse alrededor de 1,5 a 2 horas, seguidos de post-efectos más leves que duran un par de horas adicionales.

A dosis moderadas, los efectos físicos incluyen relajación muscular, disminución de la coordinación y sudoración, mientras que a nivel psicológico se observa desinhibición, ligera euforia, sociabilidad y tendencia a la locuacidad. Con dosis altas, los efectos pueden volverse peligrosos: náuseas, vómitos, temblores, hipotermia, pérdida del control muscular, depresión respiratoria e incluso coma. Psicológicamente pueden aparecer confusión, alucinaciones, pérdida de reflejos y estados de semiinconsciencia. Los principales efectos buscados por las personas consumidoras son euforia, desinhibición y sedación, lo que hace fundamental tener cuidado con la dosis.

Los riesgos a corto plazo incluyen resaca, aturdimiento, cansancio, lagunas de memoria y comportamientos sexuales de riesgo. A largo plazo, el consumo continuado puede generar alteraciones físicas como problemas de presión arterial, irritación gastrointestinal, cefaleas, dolores musculares y dependencia. A nivel psicológico, pueden aparecer alteraciones cognitivas, pérdida de memoria, irritabilidad, depresión y síntomas psicóticos, así como dependencia psicológica.

El uso repetido de GHB/GBL genera tolerancia rápidamente, lo que hace que se necesiten dosis cada vez mayores para conseguir los mismos efectos, aumentando el riesgo de intoxicación aguda. La dependencia física y psicológica puede desarrollarse en pocos días; la abstinencia incluye ansiedad intensa, insomnio, temblores, alucinaciones, convulsiones y delirium. En casos graves, dejar de consumir sin supervisión médica puede ser potencialmente mortal.

El GBL, al convertirse en GHB en el organismo, se absorbe más rápido y sus efectos son más potentes, incrementando el riesgo de sobredosis. Mezclar estas sustancias con alcohol u otros depresores puede provocar coma profundo o incluso la muerte.

REDUCCIÓN DE RIESGOS

La manera más segura de no exponerte a los riesgos asociados al consumo de alcohol y otras drogas es no consumirlos. Pero si decides hacerlo, ten en cuenta estas recomendaciones para reducir posibles daños:

  1. No mezclar nunca con alcohol u otros depresores.
  2. Empezar con dosis muy bajas y esperar 1 hora antes de más.
  3. Consumir solo en entornos seguros con personas de confianza.
  4. No conducir ni realizar actividades que requieran atención.
  5. En casos de sobredosisficación, llamar a emergencias o al 112 inmediatamente.
  6. No compartir botellas ni dejar que nadie consuma sin vigilancia.