Son sustancias que enlentecen el funcionamiento del sistema nervioso. Tienen la capacidad de entorpecer el funcionamiento habitual del cerebro, provocando reacciones que van desde la desinhibición hasta el coma, en un proceso de adormecimiento y enlentecimiento de la actividad cerebral. En general, son calmantes del dolor, disminuyen los reflejos y producen sueño. Los principales depresores son los derivados del opio, fármacos tranquilizantes, el alcohol y los inhalantes o disolventes volátiles.